Inmunoterapia: un hito en la lucha contra el cáncer

Actualmente vivimos en un mundo donde la esperanza de vida es cada vez mayor y la población envejece a un ritmo acelerado, propiciando más casos de pacientes con enfermedades graves como el cáncer.

Esta patología es una de las principales causas de muerte alrededor del mundo: tan solo en 2012 se detectaron 14,1 millones de casos nuevos y 8,2 millones de decesos relacionados con esta enfermedad.

 

Incluso se prevé que el número de casos nuevos aumente a cerca de 23,6 millones para 2030.[1]

 

Ante este panorama, el reto principal es mantenernos firmes en el camino de la investigación y desarrollo de nuevos tratamientos que garanticen mejores resultados a los pacientes; ayudándolos no solo a mejorar su calidad de vida, si no también ofreciéndoles una posibilidad de cura a su padecimiento.

Gracias a muchos años de investigación sobre el cáncer, cada día conocemos mejor los mecanismos que esta enfermedad emplea para evitar ser atacado por el sistema inmune, por lo que, además de tratamientos como quimioterapia, radioterapia y cirugía, hoy se han desarrollando fármacos que tienen como mecanismo de acción principal el permitir a nuestro sistema inmunitario combatir al tumor.[2]

La relación entre el cáncer y el sistema inmunológico es muy complicada. Por ejemplo,  se ha demostrado que el cáncer se presenta con mayor frecuencia en personas con un sistema inmune débil (inmunodeficiencias), en las que la actividad de este último será menor y con esto se le brinda al tumor mayores posibilidades de desarrollarse.

Sabemos que los tumores malignos generan recursos y herramientas para evitar ser detectados por el sistema inmunitario, de forma que en muchos casos finalmente escapan a este mecanismo de control logrando prevalecer y proliferar dentro del organismo.

 

Los dos mecanismos principales reconocidos para este fin son: producir sustancias para evitar ser reconocido como un agente extraño y la producción de sustancias inmuno-supresoras.2

 

Este conocimiento ha conducido al desarrollo de la inmunoterapia, que consiste en una serie de tratamientos innovadores que utilizan al sistema inmunitario del propio paciente para combatir distintas enfermedades.

 

La inmuno-oncología se define como la administración de inmunoterapia dedicada a tratar el cáncer.

 

El objetivo primordial de la inmuno-oncología ha sido mejorar las expectativas de supervivencia a largo plazo y la manera en la que los pacientes viven con cáncer. Lo más interesante e innovador de este concepto es que, a diferencia de otras terapias como la cirugía, radioterapia y quimioterapia que actúan sobre el tumor, la inmuno-oncología actúa como un estimulante sobre nuestro sistema inmune, permitiendo que éste reconozca y ataque selectivamente a las células cancerígenas.

Además, se ha observado que este tratamiento ayuda a generar un efecto de memoria a largo plazo, con lo que se consigue la identificación de diferentes antígenos tumorales y ofrece la posibilidad de adaptación a los cambios que presente el cáncer a lo largo de su evolución. Todo lo anterior se traduce, por lo general, en una respuesta al tratamiento que es duradera y prolongada.2 

En 2018, los doctores James Allison y Tasuku Honjo fueron los galardonados con el premio Nobel de Medicina como “padres de la inmunoterapiapor sus investigaciones y descubrimientos que permiten aprovechar el sistema inmune para atacar a las células cancerosas, un hito en la lucha contra esta enfermedad[3],

Las investigaciones de estos dos científicos llevaron a la creación del primer medicamento inmuno-oncológico aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) para el tratamiento del melanoma metastásico en 2011;  este fármaco llegaría a México un año después.

 

La inmuno-oncología es sin duda toda una revolución en el tratamiento del cáncer

 

Esta estrategia ha demostrado ser una de los que ofrece mayores beneficios en cuanto a sobrevida a largo plazo en pacientes con tumores metastásicos.  Del seguimiento de los primeros estudios con estos tratamientos, se ha observado que el 20 % de los pacientes tratados vivieron al menos tres años y algunos incluso han alcanzado sobrevivir por más de 10 años, números no vistos anteriormente con otras alternativas de tratamiento [4]

 

Ocho años después de la aprobación de la primera inmunoterapia para el cáncer, su uso e indicaciones se han expandido.

 

No solo han surgido nuevas moléculas, ahora la inmuno-oncología se utiliza para tratar otros tipos de cáncer además del melanoma; como son el de pulmón, riñón, vejiga, gástrico, hígado, cervical, colo-rectal, cabeza y cuello y linfoma de Hodgkin, entre otros. Además de que su uso se ha trasladado a etapas clínicas mas tempranas, se siguen y seguirán realizando ensayos clínicos para ampliar la utilidad de este novedoso tratamiento. [5]

El reto sin duda continúa siendo enorme, pero con esfuerzos conjuntos de médicos, investigadores, la industria farmacéutica y las autoridades correspondientes, estamos seguros de que los avances cada vez serán mayores y en un menor lapso de tiempo; beneficiando así, a más pacientes con enfermedades graves para brindarles nuevas y mejores oportunidades de tratamiento.

 

Fuentes y más información en:

[1]https://www.cancer.gov/espanol/cancer/naturaleza/estadisticas

[2]https://seom.org/seomcms/images/stories/recursos/ONCOVIDA_29_Inmuno_oncologia.pdf

[3]https://elpais.com/elpais/2018/10/01/ciencia/1538381802_622847.html

[4]https://www.mdanderson.org/newsroom/2018/10/md-anderson-immunologist-jim-allison-awarded-nobel-prize.html?cmpid=newsroom_immunotherapy_nobel_twitter

[5]https://www.mdanderson.org/newsroom/2018/10/md-anderson-immunologist-jim-allison-awarded-nobel-prize.html?cmpid=newsroom_immunotherapy_nobel_twitter